El momento de disfrutar un juego

Talos_Senua

El catalogo de los videojuegos ya se ha extendido de forma que una sola vida humana ya no da para controlarlos, no por la falta de dinero en si, sino por el tiempo, ni siquiera contando con el 100% de nuestro tiempo podríamos lograr tal proeza.

Por ello hay que ser objetivos y buscamos que esa lista limitada de nuestra lista estén juegos que encajen con nuestros gustos, que sean interesantes o una grata experiencia, que encajen en alguna lista de «200 juegos que debes jugar antes de morir» o una mezcla de todas estas posibilidades.

Esto por supuesto no creo que se aplique a todo jugador, cada persona un mundo y es posible que en lugar de jugar a 1000 juegos, prefieran perderse y explotar todo lo que ofrezcan 5. En mi caso, tras sobrevivir a los mobas o a los gachas, intento reducir mi cada vez más extensa lista de juegos pendientes. Y fue en esta cruzada de ir superando juegos de todo tipo aunque con preferencia hacia los indies que me dí cuenta de un factor que suele ser el más ignorado a la hora de disfrutar un videojuego. Por supuesto que encaje con tu forma de jugar, que no tenga una ideología o actitud muy contraria a la tuya o que sea del género jueguil que más te guste son factores importantes pero hoy quiero mencionar, exponiendo dos casos concretos, lo importante que es el momento adecuado a la hora de disfrutar un juego.

Estos dos casos antes mencionados son mis experiencias tras acabarme Hellblade: Senua’s Sacrifice y The Talos Principle, el primero terminado por mi el año pasado y que ya opiné lo que me pareció en mi reseña quincuagésima y el segundo que completé con sus 3 finales hace unos escasos días.
Antes de entrar en materia, aclarar que este no va a ser un enfrentamiento por cual juego es mejor ni nada por el estilo, aún con mis vivencias con Hellblade y que no haya sido para mi un juego entretenido lo considero un juegazo y por mucho que Talos que calase mucho más hondo tampoco significa que vaya a decir que es mejor. Son juegos con un peso narrativo si pero la forma de contarlo es muy distintas y en cuanto a las partes jugables ya es que ni se parecen.

¿Quedó claro? Bien, ahora podemos comenzar con el artículo en sí.

Senua_Combat

Mi frustración y decepción con respecto a Hellblade es algo que arrastro hasta el día de hoy, como si me diera rabia haberlo jugado y que hubiese preferido que todavía estuviese en mi lista de juegos pendientes antes de jugarlo y ver que no disfruté absolutamente nada de el, deseaba que terminase el argumento para que volviese la parte jugable y tras un par de minutos de combate rezaba porque esta terminase y llegase más cinemáticas en una vorágine de disgustos similar a que tengas que comerte dos platos que no te gustan y vas intercalando en ellos porque pese a saberte mal por lo menos te van sabiendo distinto.

Mi teoría es que no era mi momento de jugarlo, quizá el hecho de tenerlo ahí en pendientes desde hace tanto y que teniendo la reputación que tenía lo consideraba un insulto, es un juegazo revelación que tanta gente idolatra y lo tienes ahí, cogiendo polvo, que vergüenza.
Quizá fue eso lo que me forzó a jugarlo y en lugar de explorar lo que tenía que ofrecer tenía que pasarlo, para alcanzar ese éxtasis que todos lo que lo jugaron alucinaban en colores. Y no de forma ligera como puede ser ver a otro jugarlo, no, tenía que sufrirlos en mis carnes.

Quizá fueran las expectativas que tenía, quizá fue su renombre, que debería haber esperado a tener ganas de jugarlo aunque hiciese falta que pasasen 20 años, puede que incluso, en realidad, nunca habría disfrutado el juego y que era mejor que me quedase con una opinión construida por terceros pero al menos no es la sensación que siento. He jugado infinidad de juegos peores o más sobrevalorados, ¿Por qué es el Senua el que me deja esta sensación? ¿Quizá porque al no disfrutarlo parece que muestre antipatía hacia los problemas que refleja la protagonista? Tampoco porque mi negativa hacia el juego no es precisamente el que busca conseguir.

No descarto que en un futuro ahora más lejano de lo que podría ser antes, le de una nueva oportunidad, o que quizá busque en su futura secuela dicha redención, desde luego, no voy apurarme a tocar este juego de nuevo porque es posible que si lo vuelvo a jugar, mi opinión negativa del mismo ya sea invariable, y porque si algo saco de esto es que si forzar a jugarlo fue lo que causó esto, forzarme a jugar algo que no quiero de nuevo desde luego no va ayudarle.

Ovejaseléctricas

Y ahora la otra cara de la moneda, The Talos Principle.
Este juego puedo afirmar sin lugar a dudas, que de haberlo jugado años atrás poco después de su lanzamiento (e ignorando que no me habría funcionado en ningún Pc que tuviese en aquel entonces) que ha sido para mí el momento idóneo de jugarlo.

The Talos Principle, sin querer destripar demasiado del mismo pues no quiero entorpecer la experiencia que puedas tener, se trata principalmente de un juego de resolver puzzles y con un argumento con una fuerte carga filosófica, donde cuanto más avanzas, más consciente eres de que la poca información que te regala te da todavía más incertidumbre, jugando con miles de referencias religiosas en cuanto a la fe ciega o la rebeldía que es vendida como algo negativo pero por la que no puedes evitar sentir simpatía pues por mucho que el cuerpo de tu avatar sea mecánico, tu como persona vas a sentir recelo a que coarten tu libertad, y si te dicen que no pulses un gran botón rojo sin siquiera decirte lo que ocurría si lo pulsas, tu curiosidad lo golpeará con tal magnitud que la onda de choque matará al gato.

En estos momentos de mi vida, he ido mutando una forma de pensar que se ha visto reflejada muy fuertemente en la sección de Horrocruxes de este blog, pensamientos que rondan en mi cabeza y que pueden conseguir que no logre dormir, verborreas mentales conmigo mismo o ideas que luego resulta que un filosofó años atrás ya disponía de un gran discurso.
Esto todo desde un caracter amateur pues nunca estudié filosofía y si alguien me señalase como tal solo tendría de estudios haberme visto Merlí y The Good Place (pobre Good Place, con que serie te he emparejado) que en mi ignorancia señalo que son a la filosofía como son los juegos de Trauma Center a ejercer de cirujano.

Más estar en esta etapa de llamemoslo «Filosopopurrini» que Talos Principle me atrapó tanto pues pilla a esa parte de mi y entre puzzle y puzzle que me lleva a mis mejores tiempos jugando a Portal, me ofrece esa faceta del fin de nuestros días o de nuestro objetivo o importancia en este extenso cosmos desde una infinidad de aspectos en formato de diversos informes escritos y una serie de audios de una misma persona.

Y es por jugar a este juego hoy en día que estoy seguro que si lo jugase antes por prisas o sin abrazar esta forma de percibir el mundo no lo habría disfrutado ni de coña. Por supuesto que los puzzles me habrían parecido geniales pero sería como probar un juego que se apoya en el cooperativo pero jugándolo por turnos a falta de otra persona.

Ruleta_juegos_pendientes

Por ello, en vuestro conjunto de filtros a la hora de seleccionar cual es el siguiente juego que juguéis, plantearos si es vuestro momento de jugarlo, sea porque le tengáis ganas, porque no tenéis cuerpo para poneros con el mismo, porque prefiráis algo más ligero o desafiante, más de lo mismo o algo distinto. Porque es posible que si no es el momento, no os guste lo que estáis jugando, por mucho que hablen de él, por mucho que os fuercen las amistades a jugarlo insistiendo en lo mucho que te va a gustar una vez que lo pruebes sin que se den cuenta de que su ilusión por compartirlo contigo puede estar siendo uno de los clavos de la tumba de tus impresiones del título.

De hecho, esto no es solo aplicable a los juegos, podéis extrapolarlo a cualquiera de vuestros hobbies pero mientras en ellos no hay tanto catálogo o es más evidente algo tan sencillo como encontrar el momento (quizá se pueda aplicar este nivel de exceso de contenido a las series, películas, etc.) aquí en los videojuegos, es posible que el mensaje se pierda, por querer abarcar tanto juego termines por no disfrutar del mismo.

Juega a tu estilo, con calma, las horas que tu decidas sin ni siquiera pensar en si lo terminarás o no y por supuesto, si consideras que es el momento de jugarlo.

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