2019 – Reflexión

Los cómics de Shen en cuanto a finalizar un año me representan cada vez más.

Hasta ahora, al menos los años que los he publicado, siempre intentaba poner mi reflexión sobre el año antes de que este finalizase pero estas navidades se me hicieron imposibles, lo que el año pasado fue un tiempo libre como para preparar casi una semana entera de artículos falsos junto con el verdadero a modo de día de los Santos inocentes este fue no solo no poder publicar la reflexión sino el no publicar nada.

Entre diseños para cumpleaños y regalos no pude tomar un respiro hasta el mismísimo día de Reyes, el cual aproveché para tomarme un respiro (y recuperarme de un resfriado que no paraba de concentrarse como dolor de cabeza) y así ya el 7 volver a la carga.

Normalmente suelo intentar enfocar los años en diferentes direcciones pero este 2019 en realidad es como una continuación del 2018 ya que me sirvió para cerrar algunas cosillas inconclusas de ese año y en el que mi tren de pensamiento lejos de cambiar de dirección fue realizando unas cuantas paradas más, sin cambios de rumbo, más bien pillar más equipaje. Me sería mucho más fácil rememorarlo si retomase la buena costumbre de escribir en un diario los eventos así más importantes, que me venía muy bien a la hora de bocetar estas reflexiones pero bueno, sigamos con metáforas transportistas y vayamos cuesta abajo y sin frenos. ¿Qué tal me fue este 2019?

Biblioteca.jpg

El primer detalle de este año así de forma rápida ya que acabará teniendo artículo propio fue un reto que me autoimpuse en pos de ir tachando juegos de esa interminable lista de pendientes que por cada uno que parece que quito se suman otros cinco. Mi meta marcada fueron la cantidad de 50 y para cuando Diciembre me agarró del cuello para no dejarme escribir justo logré terminar el número 50.

Por aquí estará el artículo para leer una vez lo publique —> (Reseña Quindécupla)

Tras el éxito de este reto, voy intentar algo parecido con las películas pues mi yo cinéfilo ya nació muerto y solo parece exhumarse cuando salen películas relacionadas con el ratón mafioso, sean superhéroes o sean guerreros con sables de luz. Creo que necesito algo más de cine y por ello para este 2020 me he marcado la proeza de verme unas 100 películas. Quizá a los que acostumbren ver películas y que lleven la cuenta puede parecerles poco pero una media de 2 películas a la semana aproximadamente para mi es una barbaridad. Sobretodo porque todavía no me he puesto a ver ninguna pero bueno, ya le pillaré carrerilla y seguro que cae alguna maratón.

De conseguir este reto con éxito y así marcarme un 2/2 será cuando me imponga el verdadero desafío. Leer una x cantidad de libros que es lo que más tengo abandonado y lo que más urgente veo que debería retomar, ya que si algún día quiero escribir algo también debo compaginarlo con leer, aunque sea un poco. Y si ni siquiera puedo reanimar al cinéfilo, poco podré hacer con el lector que ya no es que esté encerrado, es que se encuentra sellado en un niño a lo Kurama y posteriormente ese niño fue lanzado a la zona fantasma.

También me gustaría retomar el dibujo aunque sean garabatos pero visto que nunca logro hacerme un Inktober entero (y en general ningún reto del mismo estilo) me voy a contentar con el último maratón que me pegué como regalo para mi sobrina que fue bocetar, entintar y una vez hecho encuadernar (con su cosido y encolado) un cuaderno de colorear personalizado con las cosas que más le chistan para que garabateé, doble, arrue y rompa lo que le dé la gana.

Y ya no hablemos de practicar con programas de impresión en 3D, diseños en arte pixel, trastear con editores de vídeo, programas de crear juegos o aplicaciones… Tantas cosas con las que ponerme… Este es el problema de tener solo una vida y que esta la protagonice un aprendiz de todo que nunca terminas de lograr concentrarte en una sola cosa.

Hablando de aprendiz de todo, pasemos al plato principal de este 2019.

Rotomdron.jpg

Ya en 2018 (o puede que incluso en 2017, ya me empiezan a bailar las fechas) estaba interesado en participar en un programa de empleo que me habían hablado por su gran variedad de cursos (entre los que se incluía uno de 3D con un poco de realidad aumentada) y según noticias varias un porcentaje muy notable de participantes que al final de este trabajaban o «habían encontrado» (estas comillas son importantes) trabajo. Eso y que algunos cursos eran los típicos que te acabas sacando para tener algo que mostrar si te presentas a los trabajos donde más suelen rotar empleados (que no es que sea bueno pero significa plazas libres recurrentes) o que ya tenía pero los que me ofrecían aquí tenían más horas decidí que quería hacerlo.

Lo malo es que al apuntarme a un certificado (el de Docencia) no podía compaginar ambas cosas por no se que asunto burocrático de alguno de los dos, así que como ya me comprometiera a participar en el de Docencia aparqué este hasta que a finales del 2018 me apunté para que me guardasen una plaza nada más saliesen los primeros indicios de que fuera para adelante. Y llegado el 2019 comenzó.

Los cursos estaban muy bien para que te introduzcan en todos esos mundillos, cierto es que la participación general de clase me recordaba en muchos aspectos negativos a las vivencias que tenía cuando estudiaba idiomas, es decir, parecían más centrados en querer dar la nota, estar de parranda o hablar de su vida culpando a los profesores como si fuesen los causantes de su descontento que realmente intentar aprender. Los profesores no llegué a congeniar con el estilo de enseñanza de ninguno (a excepción de quienes ya conocía de antes), no por ello quiero decir que diesen mal su asignatura, todos controlaban de sus respectivos temas. En su día me dijeron que no se puede criticar una metodología en si misma (salvo que sea extremista pero ya me entendeis) solo porque no congenie contigo, luego pueden fallar en su cometido al transmitirlo o estar encasillados porque le funcionaban en el pasado en otras circunstancias pero no ha sido el caso.

Más este plan no consistía solo en cursos, disponían también de entrevistas individuales en las que buscaban encontrar tus fortalezas y debilidades al más puro estilo DAFO junto a un currículum exclusivo y una extensa red de contactos que te encontrarían el mejor trabajo para tus características.
Sea porque ya tengo experimentado mucho o porque soy de carácter más cercano a la incredulidad que otra cosa me parecía todo demasiado bonito (especialmente si *tos* el partido detrás de esta iniciativa es de derechas *tos* *tos*) y por desgracia fue así.

El truco bajo esas elevadas notas sobresalientes donde casi todo el mundo parecía encontrar empleo residían en que si estabas apuntado y encontrabas empleo por tu cuenta, aunque no te hubiesen ayudado lo más mínimo, se anotaban el tanto, otro aspecto es que si durante los 9/10 meses que duraba encontrabas un empleo temporal aunque este fuese de un mes, también se anotaban el tanto. Por lo que parecía una columna de luz celestial hacia el encontrar trabajo fijo se empezaba a visualizar grietas de oscuridad en la que si te asomabas verías como funcionaban esos hilos, unos hilos de conexiones basadas en que si una empresa contrataba a 4 pazguatos tendrían un trato preferencial al partido gobernante para futuras negociaciones.

Playa.jpg

Conspiraciones mentales aparte, hay que reconocer que pese a esa fina tela de verdad en sus actos, es cierto que me encontraron trabajo, uno de verano, trabajo que me alejó bastante de este blog porque la verdad la irregularidad de sus horarios y la siempre existente posibilidad de que en un día libre me tocase trabajar no me conseguían preparar. Eso si, tuve tiempo y tiempo de pensar porque era un trabajo de vigilancia.

Durante ese tiempo, ofrecí todo lo que estuviera en mi mano el tiempo que durase mi jornada, explicando con paciencia y amabilidad en todo momento aunque me viniesen de mala gana o con ideas equivocadas. He sorteado gente que me ha insultado con o sin merecerlo, niños inquietos cuyos padres no querían hacer su labor de que dejasen de distraerme de mi trabajo, chavalada inconsciente que de no disponer bajo mi ser una fuerte simpatía natural que consigue caer bien incluso aunque no busque hacerlo que me habrían robado y/o pegado como les paso a otros empleados de ese mismo lugar. En general, una fauna de la que coleccioné un sin fín de anécdotas y de que me alegro haber tenido la suerte de que no llegase a pasar nada grave.

Especialmente porque se notaba mucho lo que nos podía haber caído el pelo y ser los cabezas de turco ante cualquier incidente ya que al ser un puesto creado en base a chanchullos entre bambalinas, eso hizo que tuviésemos que lidiar con un puesto improvisado que nos quitaba bastante de visión (y no tener visión en una tarea de vigilancia es como no saber nadar si eres socorrista) sin contar que al ser un empleo de carácter «invasivo» frente a otros trabajadores con más preparación que se sintieron disgustados y amenazados por mi presencia y la de mi compañero causando que las comunicaciones entre ambos equipos fuesen inexistentes cuando la idea principal era una completa colaboración. Aunque no era de mi agrado que pagasen con unos novatos como podíamos ser nosotros las acciones de las altas esferas, he comprobado en ese trabajo que a la gente cuando se le calienta la cabeza y necesita poner a caldo a alguien va a por el primero que pille que vaya uniformado. ¿Y quien es la persona que te encuentras nada más entrar a cualquier negocio corporativo de un capital elevado? Quien sea que este en recepción que poco o nada tendrá que ver con el problema que hayas encontrado con tu producto/servicio.

Lo peor es que sea porque ya se han desquitado contigo o porque prefieren vomitar sus quejas sobre la jerarquía «débil» de la empresa, una vez que llegan a verse con alguien con un mínimo de responsabilidad que si pudieron ser los causantes o se amedrantan o toman la decisión de que en realidad su problema no es tan grande. No es una norma y existe gente que aguanta el descontento y trata a las altas esferas con el mismo desprecio pero por desgracia parecen ser una minoría.

¿Y si dispusiese de una «torre» de vigilancia óptima y una buena relación con los compañeros colindantes al llegar el momento de la verdad podría haber actuado tal y como se esperaba de mi?
Pues… no estoy seguro. Fuera porque trabaja en algo que hacía unos meses ni siquiera sabía que existía o por la constante preocupación de que mi reacción natural ante el peligro fuese quedarme paralizado no conseguía sentirme preparado.

Lo curioso es que en cierta forma me vi obligado a ejercer del empleado seguro de si mismo y capaz de todo cuando en una demostración de los medios en las que yo debía ser el ayudante y mi compañero quien se encargase de la parte importante junto con los méritos que este le darían, le pudo los nervios y tras un fallo que no podría catalogar de grave pues tenía fácil solución y el daño causado fue nulo no se vió capaz y me dejo a mi los mandos.
En ese instante no es que apareciese mi mentor con gafas de sol punzantes rojas y me diese ánimos cual anime para que despejase mis dudas o que estás persistiesen durante toda la demostración, simplemente mi cabeza se vació tras un suspiro que hasta podría interpretar de chulesco. Fue uno de esos momentos de lucidez que me suelen dar como cuando minutos antes de una presentación importante, todos mis nervios parecen desaparecer y actúo como si nunca estuviesen ahí. No es algo que me ocurra seguido pero cuando sucede parece que esté dispuesto a comerme el mundo.

Sin nervios, sin error al fracaso, sin fobias sociales e incluso permitiéndome el lujo de soltar chascarrillos y tener un poco de chulería. ¿Es una forma de lidiar con los nervios? Podría ser pero cuando lo hago con ese objetivo no suelo tener por dentro tanta seguridad en mi mismo.

Eso me hizo darme cuenta que es posible que mucha gente en sus trabajos no tenga ni idea de lo que hacen y que su única especialidad sea aparentar profesionalidad y salir adelante con lo que pueden y cuanto más tiempo pasa más ejemplos veo de ese tipo. Quien lo iba decir, resulta que detrás de todos esos empleados que muchos tratan como máquinas capaces de solucionarlo todo hay personas que no tienen porque tener claro lo que están haciendo.
No niego ahora que no existan los empleados profesionales que realmente saben lo que están haciendo es solo que el descubrir que hay más «supervivientes» de los que creía en un principio en cierta forma eso me tranquiliza un poco la autoestima de aprendiz de todo y maestro de nada que arrastro.
Eso si, no me quita el mal sabor de boca que me causaba tener que dar explicaciones a la gente de a pie algo endulzadas sobre lo bien que iba la comunicación entre trabajadores y lo capacitado y preparado que estaba todo cuando en realidad las cosas por mejorar sobresalían por todos mis poros.

Una sensación constante de hipocresía que por suerte pude desquitarme cuando al final del trabajo al preguntar mi antiguo jefe sobre que cosas mejorar. Lo que a mi compañero fue un tímido, todo bien como cuando le dices al profesor de turno que has entendido la lección aunque no sea así solo porque no te apetece que la repita en mi caso fue casi sacar una lista mental de todo lo vivido condensada para no aburrirle y suavizada para no escupir directamente sobre el empleo y evitar posibles referencias negativas cuando le pregunten por mi labor como trabajador.

Tras el trabajo y retomar a los últimos meses del plan de empleo, sucedieron unos cursos con poca participación pues la mayoría de gente ya o había desistido o estaba trabajando, eso no quitó que tuviese la misma sensación que los primeros cursos, solo que al tener mejor gente y tener por ello que lidiar con menos alumnados lo iba llevando mejor. Y ahora con ese plan acabado vuelvo a estar suelto en la deriva de buscar un trabajo donde he encontrado una estancia en una pequeña oposición de la que esta vez espero salir adelante. Cierto es que desde Diciembre estoy esperando una lista de verificación para que esté todo correcto tras una inscripción algo difícil burocráticamente hablando (estuve tanto tiempo buscando por los mares de internet un documento clave para apuntarme que aún a día de hoy puedo decir las cifras que lo caracterizan) pero bueno, eso ya es entrar en terrenos ¿dosmilveintianos? así que dejemoslo en que por el momento… Toca estudiar.

Youtube.jpg

El año pasado estaba atravesando por un estrés de haber conseguido tener trato cercano (con unos más que con otros) con personas de las tierras de Youtube y que aunque mi yo de hace muchos años no podría de la emoción por ello y se subiría por las paredes como un fan obsesivo mi yo de hoy lo veía más desencantado sin olvidar nunca la frase más característica de Cid, de la versión resumida hecha por Team Four Star «No conozcas a tus héroes porque los héroes son personas y las personas son una mierda».

Hoy tras unos últimos meses de convivencia en Mayo de 2019 cuales últimas gotas de orina que meneas del miembro para que no manche tu pantalón puedo decir que me he desligado de toda esa compañía tóxica que no me estaba produciendo nada más que estrés y pesar por no ser capaz de entender como alguien puede decir semejantes cosas sin reparo o pensar de una forma tan dañina sin ningún atisbo de empatía hacia los que le rodean o hacia los que visualizan su contenido, como no podía ser de otro modo, solo veían números y no personas en su lista de suscriptores, cierto es que es inevitable cuanto te siguen miles pero pese a ello hay formas menos dañinas de sobrellevarlo sin quedar como un completo idiota.

Aunque sigo todavía canales de Youtube por temas de música, noticias o lanzamientos de diferentes cosas, lo que son aquellos de «gameplays» que tanto consumía como si fuese comida rápida han desaparecido, mayormente porque ya no disfruto del hecho de que un señor en una caja pequeña situada en algún punto de la pantalla exagere gritos o repita chistes una y otra vez del mismo palo como si fuese una aplicación de audios aleatorios.

Quizá los únicos que todavía disfrutaba fueran Los jugadores FT pero su canal cerró oficialmente y visto como han acabado de llorones o peor con algún brote racista/machismo/transfobo etc como si de una habilidad racial se tratase la mayoría de canales del mismo índole que seguía casi prefiero que se queden así, como un bonito recuerdo antes de haber llegado a conocer esa faceta que parece ser la norma cuando subes un videojuego comentado.
Dicho esto, no me cierro a que si aparece gente decente subiendo vídeos similares vaya tirar de prejuicios, se admiten recomendaciones, preferente me gusta más que salgan charletando varios que escuchar a una sola persona y tampoco soy mucho de directos (salvo que los suban en Youtube en diferido para que pueda verlos a mi ritmo).

Offtopic: Un colega se fue a una firma de libros y consiguió que Bob me dedicase un saludo y me hizo mucha ilusión, es una pena que los audios no se puedan enmarcar porque la verdad es que esto sería para mi como un autógrafo dedicado. Gracias Kirbecillo ^^

Y así finaliza a grandes rasgos mi 2019, podría profundizar en lo que me sorprende día tras día las cosas que puede llegar a soltar mi sobrina (que estaréis cansados de escuchar cosas así si sois activos en redes sociales) o lo contento que estoy con mi portátil nuevo o mencionar que las obras que tantas ganas tenía de ver el año pasado como fueron el anime de Promised Neverland o el piloto de Hazbin Hotel, los 2 muy chulos y los 2 los recomiendo encarecidamente pero creo que lo más destacado y lo que más me hizo pensar este año ya está aquí. Sigo con ganas de escribir por aquí aunque parezca que todavía no pueda lograr mi viejo ritmo de publicación pero eso no significa que vaya a parar de escribir.

Así que hasta siempre 2019 y saludos tardíos 2020, veamos que nos tiene que ofrecer el único año que viviremos con 20 consecutivos y ahora para finalizar ¿Qué tal fue vuestro 2019? ¿Qué se ofrece el 2020? Cualquiera que quiera compartirlo es bienvenido, yo por mi parte me despido y nos veremos en el próximo artículo que si todo sale bien, batirá récords a la hora de condensar múltiples reseñas. ¡Feliz año!

Un comentario en “2019 – Reflexión”

Deja un comentario