Rakuen – Reseña

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Is this a To the Moon reference?

Muchos Indie de RPG Maker han pasado por mis manos, muchos, unos de terror, otros de risa e incluso algunos de Pokémon. Y aunque recuerdo con cariño la mayoría, pocos me dieron tanta tristeza como el To the Moon, juego que fue el primero en ser reseñado en este blog.

En aquel entonces seguía estudiando y miraba con un optimismo e inocencia al futuro que no conservo hoy en día y quizá por ello pude dedicarle una reseña tan técnica, fría y organizada (solo me faltaba ponerle puntuaciones de 0 a 5 aunque bueno, estaba empezando en esto de las reseñas y era joven y alocado) e ignorar el interesante debate que plantea entre nuestra identidad como seres humanos y como podríamos venderla en pos de otra sin errores y sin traumas, solo para que en nuestro lecho de muerte no nos arrepintamos de nada.

Quizá por ello, por la situación que tenía y la qué vivo ahora, con mayores quebraderos de cabeza que en muchas noches causan que no sea capaz de dormir, Rakuen me haya impactado tanto. Pues no creo que aunque hay comparaciones posibles entre Rakuen y To the Moon, sea capaz de comparar en pos de cual es mejor pues creo que una me pillo en un momento muy álgido mientras que otra fue en uno más nuboso.

Preparar vuestro casco de papel y sostened bien vuestro libro, este viaje entre dos mundos va ser algo movidito:

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Rakuen, un juego que su principal reclamo para mi fueron sus obvias comparaciones con To the Moon, historia triste, gráficos preciosos hechos con el motor de RPG Maker, y sobretodo, a Laura Shigihara, una compositora/cantante de la que solo conocía 2 canciones (Everything’s alright y There’s a Zombie on your lawn), poco necesitaba ya cuando me enteré de que estaba en la cabeza de la creación de este juego, y no solo en una canción sino en prácticamente todas del mismo.

Por tanto, era conocedor de a que me iba enfrentar, por si fuera poco, la historia la protagoniza un niño que se encuentra hospitalizado junto a otros pacientes de los que iremos descubriendo poco a poco sus historias, inquietudes, problemas y arrepentimientos, por lo que sabía que el drama y la tristeza iban a abundar bastante pese a la alegría reflejada en un primer lugar.

Lo más curioso es que por algún motivo empecé a jugarlo (1 hora) poco después de su salida y por motivos que no recuerdo no pude seguir jugando y para cuando por fin tenía tiempo de nuevo para hacerlo me surgió el síndrome del RPG empezado, no recordar nada y por tanto requerir de esfuerzo extra para acordarse de todo de nuevo y no tener energías para comenzar el juego una vez más desde el principio. Hasta que hace unos días, cansado ya de que estuviera en mi biblioteca de Steam como un recordatorio de que tenía que ponerme de una vez a jugarlo, me puse de nuevo con él desde el principio, un fin de semana para que nada volviese a interrumpirme.

Y pese a saber lo que me iba encontrar y mentalizarme tanto, Rakuen impactó de todas formas como si no lo estuviese. Aún puedo recordar el vacío existencial que me dejó terminar el juego y el que aún abunda en mi cabeza mientras escribo estas líneas. Este juego navega a la perfección entre las aguas de la alegría y la tristeza, de la vida y de la muerte, reflejando estas en los mundos que recorres, el hospital y el bosque de Morizora.

To the Moon era una historia, una canción. Rakuen son 5 historias con más de 5 canciones, algo que se adapta a la trama perfectamente pues el juego en aspectos más allá de lo que pretende contar, muestra como objetivo inicial la recolecta de 5 melodías para despertar a Morizora, una criatura que concederá a nuestro protagonista un deseo. Tal objetivo es el que nos impulsará en estas 5 historias ya que cada una encierra un fragmento de dicha melodía.

Debo decir que las canciones que más me marcaron no fueron las que componen la melodía del despertar, sino la del epílogo y especialmente «Build a little world», me parece el momento más impactante del juego y el que mejor resalta la grandeza del mismo pues potencia a la perfección la fantasía y el desborde de imaginación que compone el título, seguido de una serie de secuencias alegres donde no puedes evitar sonreír para terminar con un final inesperado y desgarrador que aceptas con la misma sonrisa previa pues pocos juegos relatan un final de forma tan bella como Rakuen.

En aspectos más técnicos, Rakuen es un juego que incita a la exploración entre dos mundos donde los actos cometidos en uno repercuten en el otro y además de influir en las historias también lo hace en la resolución de puzzles y para llegar a zonas donde antes no podías. Aunque hay una historia principal, también puedes tener diferentes misiones secundarias que consiste en la recolecta de materiales, compra y búsqueda de diferentes objetos y mascotas para decorar una sala de pacientes bastante pobre en contenido o erradicar setas malvadas y encontrar el cojín en el que descansa un pobre cartel. Esto alarga un poco más la vida del juego haciendo que como mucho debas rejugarlo si has estado despistado y se te han olvidado recolectar algunos objetos cuando viajas en el psique o trasfondo de uno de los protagonistas, lugares a los que no vas a volver una vez visitado y por tanto si quieres el 100% del juego (o conseguir todos los logros de Steam) que viene a ser lo mismo has de pasarte el juego de nuevo pero no por ello incita a la rejugabilidad. De hecho, no creo que sea capaz de jugarlo de nuevo, Rakuen trata temas como las despedidas y el adiós y volver a recorrerlo creo que mancha un poco ese mensaje. Además, no me veo yo por el momento reviviendo las vidas de esa gente de nuevo, necesito cicatrizar un poco.

Solamente tengo un pero, y es que de todas las historias hay una que me patina y no porque me parezca mala o poco trabajada, es que siento que mientras las otras mientras tienes una narración por en medio, mientras haces algún que otro puzzle y exploras localidades más o menos inquietantes (que no llegan a dar miedo pero si que transmiten muy malas vibraciones) noté que la parte de Kisaburo fue como muy rápida, muy directa al grano, sin casi interacción mientras sucede todo el trasfondo. No es como en los otros casos donde juegan más con el otro mundo de una forma u otra, donde como protagonista del juego recorres «el mundo real» de la historia y como protagonista de la historia recorres más el de fantasía. No se si fue sin querer o fue intencionado en busca de reforzar el problema que tenía Kisaburo pero me parecía la trama más floja de todas, no por su historia en si pues tenía mucho potencial y pudo dar mucho juego sino por como fue contada.
Y esto ya es una simple preferencia personal pero me hubiese gustado más que el personaje de Uma quedase así en el limbo como un personaje enigmático que roce ser un amigo imaginario antes que haberlo metido en la historia de esa forma.

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Rakuen es en definitiva, una experiencia única y recomendable para cualquiera. Algo que disfrutarás mucho, especialmente si has tenido experiencias similares y de ser así el mimo y el cariño con el que estas son reflejadas, una narrativa que encuentra luz y color en un lugar donde escasean a primera vista. Un juego que muestra simplemente, lo bello que es vivir. Juégalo y cuando lo hagas, hazme saber que te ha parecido en los comentarios y si ya lo has jugado hasta que punto estas conforme con mis observaciones, mi forma de interpretar el juego o que sacas tu de esta bonita historia, estaré más que encantado de leerlo.
Podría seguir hablando del juego, podría centrarme más en sus aspectos, lo mucho que me gustó el personaje de la madre que te acompaña, sin perderte de vista pero dejándote hacer las cosas, pero quiero que si has llegado hasta aquí no te quedes con la historia contada, solo con una idea de lo que te puedes encontrar igual que me pasó a mi.

Ahora, al igual que el juego me toca marchar no sin antes recordaros, que todos tenemos nuestro pequeño lugar que compartir. Tantos como canicas hay en este mundo. Un saludo y nos veremos en la siguiente reseña.

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